De regreso a casa, en el coche, paso por un callejón estrecho cuando aparece un taxi en sentido contrario. Con gran desfachatez enciende las luces para que me quite, porque no está dispuesto ni siquiera a circular por el lado derecho. Me niego. Ante ello, tiene que orillarse y dejarme pasar. Justo cuando estamos ventana a ventana me doy cuenta que al volante está una mujer, mascando chicle, quien finamente exclama:
-¡Quítate wey!
-Oiga, usted viene en sentido contrario...
-Si, pero tengo prisa.
David Lynch’s (Possible) Realism
Hace 19 horas
2 comentarios:
jajaja!!! que graaaaaan argumento de la doña!
Además Jorge, debiste haber tomado en cuenta de que se trataba de toda una Dama.
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