jueves, 12 de junio de 2008

Algunos placeres perversos

Entre la amplia gama de placeres moralmente dudosos a nuestra disposición, pocos hay tan satisfactorios como contemplar el desconcierto, el exabrupto y la rabieta pública de aquellos con los que, por decirlo de algún modo, no simpatizamos en lo más mínimo.

3 comentarios:

Doña Teofilita dijo...

Afortunado tu!!! Hubiera matado por ver sus caras!!! quiero detalles!!!
Besos!
Paola

Unknown dijo...

Sin duda es un placer de esos que nos obligan a reírnos con el estomago y poner cara de que el mundo entero conspira de nuevo a nuestro favor.

JHT dijo...

Chicas, eso se los contaré cuando las vea. Un saludo.